Antes de que celebrásemos Halloween, durante el día de Todos los Santos y la noche de difuntos, las campanas de las iglesias se tañían y en las casas se rezaba el rosario, se comían almendras, castañas y piñones y se contaban historias de terror, a veces durante casi toda la noche. En las casas y en las iglesias se encendías velas y lamparillas. También en las ventanas de los domicilios. Algunas personas también se difrazaban y salían a la calle a asustar al vecino...
Nosotros también participamos de esta noche mágica, y aquí nos podéis ver con las máscaras que realizamos antes de ir a pedir caramelos de puerta en puerta, una tradición que nos ha llegado desde EEUU, heredada de los irlandeses y del pueblo celta.
Algo que quizás no sabíais: en algunos lugares, sobre todo pueblos, los dueños de las casas arrendadas podían echar a la calle a sus ocupantes.
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