En esta Cuaresma vamos a intentar crecer en autocontrol.
Nosotros somos algo más que nuestros impulsos; nuestra conciencia y nuestra capacidad dirigir nuestra voluntad es lo que nos distingue de los animales.
Autocontrolarse no significa solo saber contenerse ante las provocaciones de los demás o de la vida, significa sobre todo ejercer un control sobre nuestra voluntad para dirigir todos nuestros esfuerzos y trabajos hacia aquello que queremos conseguir. Controlar significa ser uno mismo.
Reflexiono
- ¿Cuándo “pierdo los nervios”? ¿Qué me hace “perder los nervios”?
- ¿Qué hago cuando “pierdo los nervios”?
- ¿Qué estrategias puedo seguir para mejorar mi autocontrol (“ríe y cuenta hasta 10”, “Ignorar las jugarretas”…?
- Test de autocontrol. Haz una lista con los siguientes aspectos u otros, y puntúa del 1 al 10 tu autocontrol con: los compañeros de clase, los amigos, el ordenador, los videojuegos, el tiempo de estudio, tu actitud de trabajo en clase, tus padres, tus hermanos, con los profesores, etc. Busca algún aspecto concreto en el que trabajarte esta semana.
- “Jesús les preguntó: ¿Qué os parece esto? Un hombre que tenía dos hijos le dijo a uno de ellos: ‘Hijo, ve hoy a trabajar a la viña.’ El hijo le contestó: ‘¡No quiero ir!’, pero después cambió de parecer y fue. Luego el padre se dirigió al otro y le dijo lo mismo. Este contestó: ‘Sí, señor, yo iré’, pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo lo que el padre quería?” (Mt 21, 28-31) ¿Qué tipo de hijo eres tú, el primero o el segundo?
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